Imagina...
Imagina que la lluvia es la mano del artista que, con pinceladas húmedas, esparce su « locura » sobre lienzo de cristal.
Imagina el colorido de la vida agitada al aguacero recogido en un instante.
La forma se diluye en el vertiginoso cauce de lo abstracto y en el rincón más profundo de nuestros pensamientos resurge el caos, aquello que nuestros ojos maleducados por la memoria no están acostumbrados a percibir.
La belleza libre de dogma.
Imagina que podamos atrapar en un instante fotográfico algún momento de esa obra genial condenada al extinción.
Imagina que, al contrario que en Blade Runner, todos estos momentos no se perderían en el tiempo como las lágrimas en la lluvia.
Es hora de imaginar.
Raúl Herrero